| Lic. René Tiznado
Fernández
Antaño, México se regía
por lo que podría llamarse un “sistema
métrico sexenal”. Bajo este sistema,
a lo largo de cada sexenio, el Presidente hacía
y deshacía todo a su libre albedrío.
Para bien o para mal este esquema llegó
a su a fase de extinción. Así,
Vicente Fox, a pesar de mantener altos sus índices
de popularidad, en poco o nada influirá
sobre la decisión de los mexicanos este
2 de julio, día de las elecciones presidenciales.
Me atrevo a decir que Fox, lejos de beneficiar
al candidato del PAN, Felipe Calderón,
con sus famosos spots tendientes a promover
la continuidad, lo perjudica pues es muy posible
que los mexicanos lo que desean es “quitarle
el freno al cambio” que tanto ha anunciado
la presente administración. No hay que
olvidar que Calderón borró su
“mano firme y pasión por México”
como lema de su campaña por “Valor
y pasión por México”, para
no involucrar indirectamente la tan criticada
mano débil de Fox que mostró con
los de Atenco, con los “chuecolateros”
(carros ilegales), y con López Obrador
por los desacatos a las leyes.
Contar con el apoyo de Fox no es garantía
para ganar, como no lo fue para su “delfín”,
Santiago Creel. Sin embargo, Fox y el PAN, abrieron
la puerta a la oposición, situación
que indudablemente puede beneficiar al PRD y
su candidato, hasta ahora el puntero, López
Obrador.
Por otro lado, la campaña de Madrazo
no prende, sencillamente porque no existe credibilidad
en él, ni en sus correligionarios. La
imagen que los mexicanos tienen de Roberto –como
quiere que lo citen- es la de un marrullero
y tramposo, dentro y fuera del partido; basta
analizar su campaña interna para capturar
la candidatura del ex invencible. Esta demostrando
que cuando la división interna del PRI
es en extremo grande, a pesar de su “supuesta
lealtad”, el tricolor pierde los comicios.
En cierta forma, lo descrito en líneas
anteriores favorece al camino del “Peje”,
pues con excepción del lío de
Bejarano y compañía no tiene –por
lo menos potencialmente- tantos obstáculos
que vencer, mismos que se pueden resumir, para
Calderón en Fox y sus resultados, y en
el caso de Madrazo, un pasado y un reciente
presente caracterizado por marrullerías
y corruptelas que difícilmente podrá
eludir en su carrera política nacional.
Mexicali,
B.C. a 6 de marzo de 2006.
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