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OPINIÓN

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¿A Quién Sorprendió la Derrota del PAN en Baja California?

Enrique M. Rovirosa

Urnas Electorales

Muchos bajacalifornianos manifestaron sorpresa ante los resultados de los comicios del 4 de julio próximo pasado, en los cuáles el Partido Acción Nacional (PAN) fue derrotado de manera contundente por la Alianza conformada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Verde Ecologista (PV). Como es sabido, el verde-tricolor obtuvo las cinco alcaldías que se disputaron en la entidad así como 13 de 16 distritos electorales, lo cual les asegura el control absoluto del Congreso que habrá de instalarse.

El asombro no sólo se dio entre la población en general, sino que incluyó a columnistas y analistas políticos de la región y del interior del país.

Sin menosprecio a la opinión prevaleciente, pienso que en realidad no hubo nada extraordinario y, en todo caso, sí algo hubiese sido motivo de asombro sería el que venciera el PAN. Y es que, dado la manera como ha venido gobernando en el país, está claro que hay desilusión y descontento en la mayoría de los mexicanos hacia este partido por lo que su derrota debió ser visto como algo normal.

Hay que destacar, sin embargo, que los bajacalifornianos no expresaron su inconformidad en fechas previas a los comicios y, de hecho, fueron más que reservados al respecto. Así lo demuestran los resultados de las encuestas que se practicaron previo a la votación, en dónde la tendencia parecía favorecer a los candidatos blanquiazules. En base a estos escrutinios, la mayoría de los contendientes de este partido pensaban que la elección sería para ellos un día de campo. La confianza que esto les genero, lo pagarían caro.

El abstencionismo, al igual que en otras jornadas electorales, fue bastante elevado, de alrededor del 67 por ciento promedio en la entidad. Sin embargo, en mi opinión, este no fue el factor más perjudicial para el PAN como algunos creen. Por el contrario, en principio debió ser un elemento favorable para el albiazul, sobre todo cuando el número de partidarios inalterables superaba al de sus contrincantes, lo que debía darle una ventaja en términos del llamado “voto duro”. De ahí que la campaña del candidato a Presidente Municipal en Mexicali, Raúl López, utilizaba el slogan de “Somos Más”.

La realidad fue otra. Acción Nacional perdió la elección no tanto por la fuerza del PRI sino por las debilidades a su interior. El disgusto fue tal que muchos de sus adeptos votaron a favor de candidatos opositores como Jorge Gallego del Partido de Baja California (PBC) y Dolores de Méndez de la Coalición formada por el Partido del Trabajo (PT) y Convergencia.

Me queda claro que la clase media en general, otrora bastión importante del PAN en la entidad, rechazó el llamado del gobierno en el poder. Con su proceder durante el proceso electoral -ya fuera votando en contra o no acudiendo a las urnas- cobró la factura de los errores cometidos. Y es que no hay que olvidar, que es precisamente este grupo socioeconómico el que más afectado se ha visto por decisiones centralistas como son: los retenes militares, el aumento de impuestos, el Sistema de Afore Vehicular (Siave), el sistema de control de depósitos en dólares, etcétera.

De seguir las cosas como van, no debe sorprender a nadie que el PAN pierda también las próximas elecciones para Gobernador del Estado, pues el descontento que prevalece también se alimenta de la pobre actuación que ha tenido la administración de José Guadalupe Osuna Millán.

De hecho, algunos pensamos que la obra de los representantes de Acción Nacional ha sido tan desafortunada para el país, que ya se puede dar por hecho que perderá la Presidencia de la República. En lo personal, pienso que si el PRI y el PRD no cometen graves errores en lo que falta para la próxima elección, el blanquiazul bien podría pasar a representar la tercera fuerza política del país. Así de complicado han hecho las cosas.

Y es que el PAN se olvidó de todo aquello por lo que luchó para llegar al poder. Hoy día, pocos distinguen su actuar con el del PRI de los años sesentas y setentas. Y si bien no ha hecho todo para merecer esta opinión, así se aprecia gracias a la mala actuación del Ejecutivo Federal y muchos de los gobiernos estatales y municipales.

El PAN ya no puede aducir que todos los males del país se le deben al PRI. Hay regiones -como es el caso de Baja California- donde gobierna desde hace poco más de 20 años. La corrupción y la impunidad que le anteceden, así como el desprecio hacia todos aquellos que exteriorizamos nuestro desacuerdo con sus políticas, no lo distinguen en nada de aquellos perversos a los que sustituyó. Con ello, el rechazo de los votantes se lo han venido ganando a pulso.

Dicen que nunca es tarde para remediar los males. Lo que le pase al PAN en los próximos años no depende de lo que hagan o dejen de hacer sus contrincantes, sino de su propio actuar. Son mucho los cambios que requiere llevar a cabo para transformar el estado de cosas. Esperemos, por el bien de todos, que ahora si lo haga.

Viernes, 10 de julio de 2010.