Enrique
M. Rovirosa
Hace unos días, la delegación
regional del Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS) en Baja California dio a conocer las
cifras relativas al número de trabajadores
asegurados que se tuvieron en el último
mes del año pasado, con lo que se obtuvo
el balance en materia de empleo formal para
el 2007 en la entidad.
Desafortunadamente, en concordancia con el
pronóstico que hice a principios del
año pasado, no se llegó a una
cifra de 30 mil empleos y, menos aún,
a los 45 mil que contemplaba la pasada administración
estatal.
Si se compara el número de trabajadores
asegurados en diciembre del 2007 con el mismo
mes del año anterior, se tiene que en
los 12 meses transcurridos se generaron un total
de 27,421 empleos formales en el Estado, es
decir, sólo el 61% de la meta oficial.
Con ello, el empleo en la entidad creció
4.3 por ciento en relación al 2006. Una
buena cifra; no obstante, muy por debajo de
la que se registró en el 2006.
Un comparativo entre diciembre del 2006 y el
mismo mes del 2005, indica que en dicho lapso
se generaron un total de 35,448 empleos formales
en el Estado. Una cantidad también por
debajo de la meta de 45 mil empleos que las
autoridades habían previsto para ese
periodo, pero que significaron una expansión
de 5.9 por ciento respecto al año anterior.
Cabe mencionar que para dar cabida al incremento
anual que registra la fuerza laboral en la entidad,
se requiere se generen alrededor de 38 mil empleos.
Así, una cantidad por debajo de este
parámetro significa un deterioro en las
condiciones laborales locales y, por ende, en
el bienestar general de la población.
Lo anterior, independientemente de las características
mismas de los empleos que se ofertan, pues no
son lo mismo aquellos de carácter permanente
que los de tipo eventual.
El año pasado, el 80.5 por ciento de
los empleos que se tenían en el Estado
encajaron en la categoría de permanentes
y, el resto (19.5 por ciento), en teventuales.
Sin embargo, es necesario destacar que el ritmo
de expansión de estos últimos
es cada vez mayor.
En 2007, la generación de empleos eventuales
fue de 32,968, es decir 5,547 más que
el saldo neto de todos los empleos en el año.
Esto significa que las empresas tuvieron una
marcada tendencia a sustituir empleos permanentes
por eventuales y, con ello, que la calidad de
la oferta laboral se degradó.
En el mes de octubre del año pasado,
el entonces titular de la Secretaría
de Desarrollo Económico del Estado daba
como un hecho, el que se alcanzaría la
meta de 45 mil empleos en el año. Ello,
a pesar de claras indicaciones en sentido contrario.
Y es que desde hace varios años, dicha
dependencia ha venido manejando un esquema estadístico
que resulta poco adecuado para evaluar las tendencias
reales en materia de generación de empleo
así como para hacer una evaluación
confiable de su trayectoria en el año.
Al respecto, en su momento hice algunas observaciones
que espero la nueva administración estatal
tome en consideración y, con ello, evite
continuar con un manejo de números alegres
que no reflejan la realidad.
Es necesario subrayar que las cifras del IMSS
no responden al objetivo de hacer una medición
estadística sobre el comportamiento del
empleo formal sino que, son un registro administrativo
que se utiliza como sustituto ante la ausencia
de un ejercicio específico en ese sentido.
También es indispensable señalar
que es tradicional que el organismo de salud
haga ajustes significativos a la baja a sus
cifras en el último mes de cada año.
Esto, como resultado de los recortes que hacen
las empresas a su planta laboral durante dicho
periodo y a la revisión propia del organismo
de sus registros administrativos.
Así, en diciembre del 2007, los ajustes
que se hicieron significaron una pérdida
de 16,931 empleos formales, mientras que en
2006 la resta fue de 16,654.
Antes esta situación, estadísticamente
resulta mucho mejor utilizar un sistema comparativo
de promedios mensuales anualizados. En otras
palabras y a manera de ejemplo, en vez de comparar
el mes de diciembre del 2007 contra el mismo
mes del 2006 y por diferencia sacar el número
de empleos que se generaron en el periodo, resulta
más conveniente comparar el promedio
que resulta de sumar los meses de enero a diciembre
del 2007 contra el promedio de la suma de los
meses de enero a diciembre del 2006 y de ahí
sacar la diferencia.
Cuando se utiliza el procedimiento anterior,
se tiene que en 2007 se generaron un promedio
de 28,168 empleos y no los 27,421 que se obtienen
al comparar el doceavo mes del 2007 contra el
mismo mes del 2006.
Por otra parte, en 2006, el promedio de empleos
generados resulta ser de 40,159 en vez de 35,448.
Para el 2008, algunas autoridades estatales
han expresado que confían en la posibilidad
de alcanzar una meta de 50 mil empleos formales.
Esta cifra resulta fuera de contexto ante el
desempeño que se observó en 2007
y, más aún ante el escenario recesivo
que la mayoría de los analistas prevén
para la economía de los Estados Unidos
de América.
En estos momentos, ser optimista es considerar
que la economía de Baja California logrará
mantener durante este año el mismo ritmo
de crecimiento que observó durante 2007
y, por ende, que podrá repetir el promedio
de 28 mil nuevos empleos formales.
Si bien es cierto que los gobiernos deben generar
condiciones que mantengan el optimismo de la
población, para que ello sea un factor
que contribuya a la obtención de mejores
resultados, también lo es que cuando
los gobernantes se alejan de la realidad, el
efecto es contrario y lo único que se
provoca es una pérdida de confianza.
Baja California ha mantenido en los últimos
años una posición privilegiada
en materia de empleo en comparación a
la mayoría de los estados de la república.
Los resultados por este concepto en términos
reales han sido favorables y, la verdad sea
dicha, no hay razón para que se manejen
cifras infladas.
Viernes,
18 de enero de 2008. |