Enrique
M. Rovirosa
El año pasado, el IV Informe de Gobierno
del Presidente Vicente Fox, no presentó
sorpresas en cuanto a contenido de información
económica y lo único que llamó
verdaderamente la atención fue, el ambiente
boxístico que privó a lo largo
de la presentación, en donde los aplausos,
gritos, consignas, abucheos e insultos, fueron
parte integral del orden del día.
Quizá por ello, en ocasión de
este V informe, nuestro primer mandatario decidió
cambiar la estructura y contenido del mismo
y sustituirlo por un mensaje político;
sin embargo, esto tampoco satisfizo a varios
de los presentes en el recinto de San Lázaro,
lo que motivó que se repitieran los actos
circenses a los que ya nos tienen acostumbrados
nuestros "ilustres legisladores".
El discurso del presidente Fox inició
con la entrega del informe escrito sobre el
estado general que guarda la administración
pública del país, en dos gruesos
tomos, uno de 702 páginas y el segundo
de 420. Y continuó resaltando que éste
será completado con la glosa que harán
próximamente los miembros del gabinete.
Inmediatamente después, destacó
que a efecto de dar cumplimiento a lo expresado
por muchos miembros del Congreso, ponía
fin a un rito, a "un acto en el que se
compilaban y presentaban cifras favorables al
Gobierno, para lucimiento del Presidente en
turno."
A lo largo de su mensaje, el presidente no
presentó una sola cifra y es probable
que todo le habría salido muy bien, si
sólo hubiese tomado la mitad del tiempo
que empleo (poco más de 40 minutos) y
hubiese evitado el auto elogio.
Pero no fue así, Fox dedicó la
segunda mitad de su mensaje a exaltar los logros
de su gobierno. Y si bien manifestó "Soy
el primero en reconocer que todavía no
alcanzamos el ideal de una sociedad que satisfaga
plenamente las necesidades fundamentales de
todos los ciudadanos; que estamos aún
por debajo de lo que México demanda y
merece", prosiguió con frases como
"es innegable que hoy tenemos una economía
sustentada sobre bases más sólidas",
"estamos atacando las verdaderas causas
de la pobreza y la desigualdad", "México
ha dado importantes pasos para una transformación
que nos permitirá lograr la cobertura
universal en salud" y, "hoy miles
de familias han convertido el derecho a la vivienda
en una realidad."
Más adelante, al reconocer que el problema
de la inseguridad es lo que más preocupa
a la gente y que éste, es algo que atañe
a todos los órganos de gobierno, destacó
que "el gobierno federal "ha actuado
con determinación para combatir la delincuencia
y las causas que convergen en la inseguridad."
Y les reviró a los legisladores, señalándoles:
"es preciso revisar y adecuar el marco
legal vigente".
Continuó con la necesidad de reformar
al Estado, de llevar a cabo la reforma hacendaria
integral y revisar los sistemas de seguridad
social y de pensiones. Todo ello en un claro
reclamo al Poder Legislativo, lo cual provocó
varias interrupciones ante las protestas y actos
"cantinflescos" de algunos opositores.
Después, Fox dedicaría una parte
muy extensa de su mensaje a exaltar las virtudes
y su compromiso por la democracia, mencionando
esta última palabra en 43 ocasiones.
En esta forma, el V informe no pudo librarse
de llevarse a cabo en un ambiente de teatro.
Y por más que la sociedad reclama que
este acto hoy día es ya obsoleto y que
necesita de una urgente y profunda revisión,
la clase política se deslinda de su responsabilidad
y, al igual que en otros temas de gran importancia
para la nación, no hace los esfuerzos
mínimos que se le demandan. Por ello,
la pregunta obligada que surge es: ¿Hasta
cuando seguiremos presenciando este desgaste?
Viernes 2
de septiembre de 2005. |